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El deslumbrador de cocodrilos

Sobre los Toros

Sobre los Toros

Os engañaría si os dijera que no he recapacitado sobre el tema, que este razonamiento no es fruto de muchos años de dudas, de diferentes posicionamientos oyendo diferentes opiniones y que lo he tenido clarísimo siempre.

Pues no os engañaré, tanto es así que unos años he pensado que no tenía sentido matar a un toro haciendo un espectáculo. Anteriormente a pensar así me gustaban las Corridas de Toros y si tenía la oportunidad de acudir a una, iba. Últimamente disfruto mucho más corriendo al lado de ellos o esquivándolos si vienen hacia mi. Pero esto es algo personal.

Hace unos días, después de mucho diálogo, escucha y entendiendo que es un debate abierto me he decidido a trasladar mi opinión: Las Corridas de Toros, lo que algunos llaman Fiesta Nacional, son necesarias: son cultura.

Las Corridas de Toros son tan necesarias como las  Hogueras de San Juan, como la Pintura al Óleo o como el resto de las representaciones culturales o artes ancestrales.

Son necesarias desde un punto de vista práctico, como el resto de la cultura. Seguidme el razonamiento si queréis:

Los seres humanos somos seres, desde una mayoría abrumadora, omnívoros. Esto incluye la carne animal para nuestra alimentación Necesitamos las proteínas y demás elementos que contiene para crecer con normalidad. Esta carne evidentemente proviene de los animales y es sobradamente conocido que un animal muere para que nosotros podamos alimentarnos. Es más, millones de animales anónimos son sacrificados diariamente por personas anónimas para nuestra buena dieta. La mayoría somos ajenos completamente a este hecho: muy pocos son testigos de la muerte de estos animales.

Así que considero que mostrar la muerte de un toro bajo la colaboración de un grupo de personas, con el antiguo y siempre renovado arte de la Tauromaquia es un bien cultural. Este arte nos enseña, con ciertas normas artísticas, que el hombre cuando se bate con un animal y gana está recibiendo el derecho a poder alimentarse de su carne.

Gracias al arte del toreo los ciudadanos no podrán olvidar que cuando se alimentan otro ser vivo está sufriendo y no hay que desperdiciar lo que se nos pone en el plato. Dar la espalda a este sufrimiento y hacer sólo partícipes a los trabajadores de los mataderos de ello me parece inculcar hipocresía a las futuras generaciones que olvidarán de dónde vienen, que se ha hecho para llegar aquí y de dónde viene la comida.

Así como me gustan las Hogueras de San Juan para que nuestros hijos aprendan de dónde viene el fuego, cómo se hace, como se controla y los efectos que produce, me gustan las Corridas de Toros para que no desconozcan cómo se torea, engaña y sacrifica a un animal tan poderoso y bello como un toro de lidia.

Todo hecho cultural tiene sus detractores y benefactores, pero no olvidemos que el fin último de la cultura es el de transmitir. Y el receptor aprende, se forma y se abre a nuevas experiencias que, aunque artificiales, nos acercan a una realidad de otras personas, otros tiempos u otras situaciones, haciéndonos así partícipes de un futuro esperanzador.

2 comentarios

lorenzo -

De acuerdo en que hay muchos otros argumentos al hablar de lo necesario o no de la prohibición de las corridas de toros. He elegido éste porque me pareció relevante, desde el punto de vista práctico, para demostrar que es cultura.
Evidentemente al tratarse de una representación artística es una falsificación de la realidad. Quiero aportar un ejemplo: Picasso y El Guernica, su cuadro más importante está inspirado en la tauromaquia: el toro, el caballo y el torero.
Por otro lado cuando protestan de cómo viven los animales en las granjas y cómo mueren es lógico que sean realistas, nos están informando. Por eso la diferencia entre la cantidad de gente que vuelve la cara cuando ve una imagen de un pato engordado hasta la muerte a la que lo hace cuando se entra a matar a un toro es de uno a uno millón. Por eso las Corridas de Toros sobrevivirán aunque se prohíban.

JoseAngel -

Buenas. Quería hacer una objeción a tu razonamiento en favor de las corridas, no desde la posición de un antitaurino radical, sino atendiendo a si las razones que das son adecuadas. Al margen de que haya muchos otros argumentos tanto a favor como en contra de las corridas de toros. Vienes a decir que son un sano recordatorio de que matamos animales, en una sociedad en la que se oculta la muerte sistemática de animales para alimentarnos. Y convengo en parte con el razonamiento. Ahora bien, las corridas, ¿no son tanto una falsificación como un reconocimiento de ese hecho? En las corridas se presenta al animal como una fuerza salvaje dominada por el hombre, en combate. Pero los animales que comemos están domesticados y toda su vida está encaminada a ser procesados como alimentos. Puestos a hacer recordatorios, ¿no son más honestos en este sentido los recordatorios que nos presentan los vegetarianos cuando denuncian con imágenes desagradables la situación real de los animales en las factorías y criaderos? Con las circunstancias auténticas que sirven de base a la producción alimentaria. Pues las corridas de toros ocultan tanto como revelan, en lo que a esto se refiere. Y al margen está su ambivalencia inherente, pues aparte de ser un recordatorio "honesto" de la violencia, son de por sí un acto de violencia. ¿Es esta duplicidad y coincidencia lo que es necesario, precisamente?