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El deslumbrador de cocodrilos

S.O.S. Salvemos el agua

S.O.S. Salvemos el agua

Así rezaba un eslogan con el que se promocionaba el respeto por el agua. En juegos infantiles, en pegatinas y calendarios se mostraban estas palabras durante la “Expo del Agua”. Tras dos años de la muestra internacional una de las tarjetas de uno de los juegos llegó ayer a mis manos y me he decidido a reflexionar.

Muchos nos llevamos las manos a la cabeza del ingente gasto y esfuerzo que supuso el proyecto. Para todos y especialmente para los zaragozanos supuso una gran inversión en tiempo, ilusión, sueños y dinero. Parecía imposible que fuera rentable y sostenible desde el punto de vista natural.

Pero, ¡ay amig@s!, cuando comencé a ver el espectáculo Iceberg, entre miles de personas, toda duda se desvaneció. Quedé estupefacto: ¡vaya espectáculo valiente!, ¡qué bárbaro!. La solemnidad con que se trataban los excesos, los abusos y los desmanes que los humanos nos llevamos para con nuestra madre naturaleza hizo abrir los ojos a esta realidad tan nuestra (globalmente hablando) a muchos, sino a casi todos los que con "ojo buho" asistíamos a la performance. Fue como una “bofetada con la mano abierta en cara sonrisa” y la recibimos todos, en nuestra sensibilidad.

La Expo continuó, pero ya nadie éramos igual. Mandatarios, doctores, visitantes, trabajadores, eminencias, excelencias, estudiosos, turistas, técnicos y artistas. Todos desfilamos por las majestuosas instalaciones del Exposición Internacional de Zaragoza 2008.

Un día pude participar del espectáculo, que tantos disgustos personales ocasionó (por lo arriesgado de la puesta en escena): “El Hombre Vertiente”.  Me quedé atónito, sin palabras; fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida. ¡Qué maravilla, qué ingenioso y original!. La narración básica, lenguaje universal, casi infantil, pero nuevamente; ¡qué valiente!. Esta vez fue como “pellico de monja en misa”. Expresaba el camino que se recorre cuando se abusa del agua.

Sólo con los mensajes que se lanzaron desde la muestra y estos espectáculos valieron la pena esfuerzos y “dineros”. El agua: qué bien más preciado no hay, no lo busque, no se confunda, no hay otro como él. El agua hay que protegerla de todas las agresiones. El agua trae vida. El agua hay que usarla para crecer.  Todos, por orden y con orden.

3 comentarios

Lorenzo -

Gracias a los dos por vuestros comentarios.
Vuestras reflexionan llevan a una pregunta típica en los proyectos de esta envergadura: ¿Los medios utilizados han sido equilibrados para el objetivo qué se quería conseguir?

Carolus de Garza -

Estoy 100% contigo con los toros, lo de la Expo ya es harina de otro costal, cuando yo ví el espectáculo del Iceberg, lo único que me venía a la cabeza es que expresaba exactamente lo que la Expo le había echo al meandro de Ranillas, me resultó paradójico...

Anni Hall -

Qué artículo más bueno Lorenzo. i totally agree with you. y añado: y qué me dices de cómo han quedado las riberas de nuestro río? espectaculares, imposible antes de la muestra. Realmente mereció la pena, of course!!